sábado, 7 de septiembre de 2013

Dancing in the rain ( Kutxa kultur fest 1.0)

Empaparse de música es un buen aliciente para contrarrestar las gotas de lluvia que anuncian que el verano en la Invernalia ibérica se ha terminado...

Suele pasar que tu concepción de la realidad cuando eres niño se aleja bastante de lo que la objetividad que adquirimos con los años (o esos errores a los que llamamos experiencia), nos hace rectificar. Pasa con las series que nos flipaban cuando éramos enanos, el punkrock que a tod@s nos seduce siendo adolescentes y, claro, con los pequeños parques de atracciones que, cuando no levantas dos palmos del suelo, te parecen DisneyWorld  y cuando los vuelves a ver, 20años después, te parecen menos entretenidos que los columpios de un parque.

En realidad, no recordaba la última vez que subí al monte Igeldo, por lo que los recuerdos de una feliz niñez no tardaron en aflorar a medida que el funicular se acercaba a lo alto de la montaña. La hermosa vista de la Concha hace que los sinsabores de la mañana laboral pasen a mejor vida y temerosos de que las nubes negras cumplieran sus amenazas, dejamos atrás las atracciones para acercarnos al parking a ver el final del concierto de Damien Jurado.

El de Seatle, desnudó su repertorio, y sólo con su guitarra desató la alegría de los hipster, que se agolpaban en torno al escenario, para sentir la calidez del acústico que abría la segunda edición del Kutxa Kultur Festibala. 

Con la primera Keler entre las manos, disfrutamos de la letra de "cloudy shoes" mezclándose con la melancolía procedente de los árboles moviéndose al son de los acordes de guitarra y las nubes flotando como la voz con reverb aleteando en el eco de los asistentes. Con la canción de "lost in traslation" nos dimos cuenta  de que más que abrasarnos corríamos el riesgo de acabar empapad@s, pero abrazados por  la cercanía del reclamado "Ohio" interpretada en la proximidad de un círculo improvisado sin aderezos enchufados, nos sentimos resguardados. Y aunque no fue un largo tiempo, el concierto nos sirvió para marcar la diferencia entre la monotonía semanal y el asueto del fin de semana.



En la siguiente media hora, con el concierto de Jus, descubrimos que nos hemos hecho mayores y que los grupos bomberos, más que hacernos botar, nos hacen alejarnos paulatinamente del escenario; así que para disimular nuestras canas, nos montamos en la montaña suiza que nos trasladó al concierto que más ganas teníamos de ver: el de Junip.

Tuvimos la suerte de ver a José González hace unos cuantos años, pero lo cierto es que cubrirse la espalda con su quinteto de suecos ha sido todo un acierto. Llevamos tres años enamorados del "Fields" y empezamos a descubrir ese placer para los oídos que es el recientemente publicado "Junip"; así que, las primeras gotas de lluvia no fueron excusa para apaciguar el disfrute. Los zumbidos del "allways" coincidieron con el momento de abrir los kinder sorpresa con chubasqueros que la organización nos había regalado.

Aunque l@s más presumid@s se resistieron a dejar de diferenciarse, tod@s acabamos sucumbiendo a disfrazarnos de pollitos caladitos. Con la guitarra de José González, siempre en primer plano, la mezcla de sintetizadores y la buena selección de ritmos de batería, fue convirtiendo las gotas de lluvia en sorbitos de "rope & Summit" , "far away"... en definitiva, un "It´s allright" que nos dejo empapados pero con un maravilloso sabor de boca que cumplía todas las expectativas que nos habían llevado hasta allí.



Buscamos el Teatro escondido, pero solo encontramos autos de choques, churrerías, puestos de tiro al pichón... así que resignados a no ver a William Tyler, nos entretuvimos viendo lo que sufrieron los pipas preparando el escenario principal para el concierto de Belako.

Los vizcaínos son un grupo maduro, que posiblemente, en no mucho tiempo, cambiará gaztetxes y segundos planos por las letras más grandes de los carteles de los festivales más importantes de la geografía nacional. Tienen un directo contundente y rockero que hace que en tardes lluviosas como la de ayer, el frío quede de lado. De hecho, el mal tiempo fue un complemento ideal a la puesta en escena, ya que el viento había arrancado el telar negro del fondo del escenario, y, aunque supongo que pasaron más frío del previsto, fue hermoso contemplar la mezcla entre la distorsión guitarrera y el verde de los árboles marcando el paso de baile en una especie de pantalla de cine improvisada. Además, el "eurie" con voz de niña del coro, encarnada por la hermana pequeña de Cris y Josu fue un diminuto, y selecto,  momento que coincidió con el anochecer.


Y si eso no fuera suficiente, destaparon el tarro de las esencias con "beautiful world", "Haunted house" ó "Sea of confusion" para dejarle claro a l@s escéptic@s, que este no es, precisamente, un grupo de una sola canción.

Por lo que sumidos en el placer de oídos que nos dejó el conciertazo de Belako, nos fuimos a continuar relajando partes del cuerpo con el concierto de Buffalo; los Zarauztarras, tienen el don, de fusilar de un plumazo cualquier atisbo de mal pensamiento que quede en tu cerebro, y con ritmos que van desde el rock más puro, hasta el jazz fusión, pasando por el triphop heavy que sólo el mejor batería de la zona, David, puede tocar, nos embarcaron en un barco pirata de parque de atracciones que dejó mareado a nuestro ya de por si arrítmico pie izquierdo.


Y como Zarautz, musicalmente, parece estar de moda; la siguiente parada nos llevó al concierto de Delorean. Los precursores de la música bailable en el estado, se han tomado un respiro ochentero y con su nuevo disco "apar" parecen buscar los ingredientes de la simpleza del extendido dicho del "menos en más" que tantos artistas ponen en su boca últimamente. Nosotros nunca hemos escondido que preferimos la contundencia (y la novedad) que supuso aquel Metropolitan Death, pero también sabemos admirar la metamorfosis que, ya con espíritu barcelonés, emprendieron hace unos años. Además, por mucho que grupos como Mendetz, We are Standard... les intenten comer la tostada, con las canciones de "apar" se demuestra que Unai sigue teniendo en sus sintes una tecla que no todos saben pulsar.

"Spirit" y "destitude time" nos parecen dos auténticas obras de arte, y más si la lluvia contribuye a que el punto épico de las voces pregrabadas gane consistencia y a uno, se le vaya, sin querer, la memoria a aquellas noches en el Ketarri en las que nació parte de esa esencia que los directos de Delorean siempre tienen.



El concierto de Grande Days nos lo perdimos tratando de comprarnos algo que llevarnos a la boca. Si ya de por si, estaba complicado lo de comprar comida, con el corte de luz fue un auténtico caos, pero bueno...

Al menos, nos dio tiempo a coger sitio para ver el conciertazo de la noche... De experiencias pasadas, como el concierto de Vetusta en Pamplona o el de Lori Meyers y Wilco en Murcia, sabíamos que la lluvia le da un toque especial a las actuaciones más esperadas. Nuestro chubasquero no daba más de si, pero había llovido lo suficiente para que los presumidos, que gustan diferenciarse de l@s demás, hubieran asumido que el amarillo no sienta tan mal como algunos diseñadores de medio pelo piensan. Así que corrimos del País Vasco a San Francisco y a ritmo de txalaparta, nos dejamos llevar por la contundencia que esos discos (star of love y cave rare) que tantas veces nos han hecho bailar, ganan al ser interpretados en directo. 

Mimi Borelli salió ataviada con lentejuelas y bien secundada por sus tres guardaespaldas y dos coristas, fueron vomitando uno tras otro temones como "I love London" "follow" "You & I" "Plague" "champions song"... hasta hacernos llegar al climax absoluto de estar calados (de agua) por fuera y (de placer) por dento. 



Esperando las largas colas del bus, nos preguntábamos si el  carácter épico de la lluvia, había hecho que las casi dos horas de baile hubieran sido el mejor concierto que hemos visto en este 2013. Suponemos que ayuda el complemento de diversión que añadió Delorean, el punto relax de Damien Jurado, el ratito Buffalo y, sobre todo, el disfrute que, después de tanto tiempo de espera, nos supuso ver a Junip en directo; el caso es que mojarse mereció la pena y aunque suponemos, que inevitablemente, el sábado también tendremos  que calarnos, confiamos en que nuestro pasado Grunge seque las molestias que la lluvia genera. 




 

2 comentarios:

  1. Eleanor Fletcher? EL cantante se llama Sebastian!

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  2. Rectificado... escribir de mañanas tiene estas cosas; la cantante, como bien dice en Ilove London, se llama Mimi ;)

    TS.

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