lunes, 28 de noviembre de 2011

Cash

Últimamente estoy liado...

Tanto que se me olvidó contaros mi fin de semana. Preferí mi estancia, entre semana, en el paraíso. Pero éso forma parte de los placeres que se degustan, se disfrutan... pero a nadie deberían interesar;

Así que vamos con Johnny Cash y su documental carcelario en la prisión de Bolsom. Los presos de mi pueblo hubieran sacado las cosas de quicio, pero la libertad es un bien demasiado preciado para renunciar a él por un par de putas leyes que nos saltaríamos tod@s con sumo gusto. Countryrock man exprimió el jugo de la esperanza y bajó los muros que a veces nos separan de la luz del otro lado. Las esposas están para desatarse y los sueños para cumplirse. Sin ilusiones la vida en si es una cadena perpetua y hasta el traje más elegante puede parecer un sucio peto de rayas. Por eso debemos valorar el aire puro y el tiempo del que disponemos para, deshechos los grilletes que nos atan a las teorías, abrir de par en par el sujetador de endorfinas y dejar que se desparramen por el cerebro.

Pero lo mejor de la noche fue conocer personalmente a dos cracks del panorama musical. Por un lado,  Moby Dick: un cantautor de primera con voz de Eddie Vedder y manos de Paco de Lucía con sensibilidad rockera que nos brindó un pequeño homenaje al caminante de la cuerda floja, a parte de ciertos destellos de belleza propia. Y por otro: Jabier Muguruza. Un grande humilde que enseña con silencio más de lo que muchos pretenden transmitir con palabrería barata. Quien se digna a escuchar para aprender y luego matiza con la solemnidad que da la experiencia merece mi respeto y el de todo el que tenga dos dedos de frente. Mezclar Japón, Martirio y el rock radical vasco en una conversación suena estrambótico, pero no lo es tanto. Se ve que no soy el único que tiene teorías.

Nadie agradece el trabajo de los sin nombre, pero mola mucho todo lo que hacen los de "i love rock" por fomentar la cultura a través de los rockumentales. Se lo curran más de lo que podáis imaginar y no hay mejor recompensa que un cine medio lleno o una mínima mención/crítica. Así que... Gracias Javi & Oier.

Y nada, del resto... jotas extremeñas, jamón, pinchos morunos, queso de oveja, ceporros borrachos a granel, una comida con los amigos más antiguos que conservo, deportes televisados y un mar de sentimientos desbordando mi cabeza.

Bye 2





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