lunes, 28 de noviembre de 2011

El cabo de Formentor

El fin del mundo no está tan lejos; y allí, en situaciones desesperadas o en lugares inhóspitos en los que te rodean acantilados, una gran cantidad de agua en la que se pierde el horizonte... nada importa lo suficiente, nadie que no esté es imprescindible y todo se reduce al momento, el ahora o nunca, la posibilidad de saltar, mirar o simplemente recrearte sintiendo la brisa, el sol y los restos de imaginación que el paso del tiempo te ha dejado conservar.

Las vacaciones, como todo lo bueno, terminan. Pero mi vitalidad alcalina está con la energía renovada. Vuelvo ilusionado, con las ideas lo suficientemente claras y con ganas de no volver a perderme en el contagio del pesimismo transmitido por la mirada de los que no estuvieron allí conmigo, y lo peor, no creen en el finisterre balear, ni el lunar, ni el cráter por el que me vi caer, pasar mi vida detenidamente en fotogramas con imágenes difuminadas de mi existencia;exista.

Sí, era la insoportable parte de mi yo perdiéndose entre las olas, bajando al fondo de un mar transparente en el que los tesoros de los galeones de la edad media se iluminan cual moneda de oro raída por el salitre de tantos años;

Salí de las cuevas inhóspitas, aprendí el idioma de los arios venidos a menos por el efecto de la cerveza tibia, sentí la ignorancia de los que no pueden huir de los límites que el mar te marca; sentí la tramontana, socialice a base de comprar ensaimadas y demás chorradas de souvenir; conduje como si el slogan de BMW me hubiera afectado y , de repente, me gustara conducir... fotografié estampas de postal con mi cara, licué frutas y escupí comida basura;

Y volé, para después aterrizar; quizá en el mismo sitio, pero con otra perspectiva; con lo bueno de mi habitual visión de las cosas, pero con una esperanza que hacía tiempo no tenía; como si todo empezara por fin, como si nada de lo pasado importara, como si la lluvia se mezclara con el sol y el otoño pelara las malas hierbas que se habían acumulado en las ramificaciones de la ignorancia que se extendían por mi cerebro.

Y llegué: con ganas de molestar, con ganas de hacerme notar... con el babero y los cubiertos preparados para comerme el mundo educadamente; con ganas de componer, mentalmente, las sintonías de mi esperanza y de suplantar a Iván Ferreiro, a Morrison, a Óscar Jaenada, a Jack Nicholson, a Einstein y al mayor de los ignorantes;

Y aquí estoy dispuesto a darme una oportunidad, que no es poco; risueño, ávido de aventuras, de hacer de lo estrambótico mi particular filosofía... con ganas de trasladar el fin del mundo a cada parpadeo previo al sueño profundo, de sentir la brisa y el oleaje, cada vez que piense en imposibles, a palpar el calor y a creer que existe y a no malgastar ni un sólo segundo en penas, ni errores, ni en pasados sin solución... todo eso cayó en el cráter, por los precipicios del cabo de Formentor mientras me daba la vuelta y el puerto de Pollença, recibía a mi nuevo yo: más guapo, más sonriente, más valiente, estructurado e ilusionado;

Encantado de conocerme y de conoceros...

Y como dirían los Beatles: "all you need is love" parapararara...


Bye2

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