lunes, 28 de noviembre de 2011

Los Simpson

Estoy molido pero, a veces, estar cansado merece la pena. Tras una larga noche, enésima larga noche, es divertido descubrir que es miércoles y que en "hoy por hoy" es el día del sexo. Media hora semanal para normalizar las historias de cama.

Hoy he evocado aquel remake de la escena final de "oficial y caballero" en la que Homer, con Marge en brazos, gritaba: "decirle al jefe que voy a la parte de atrás de mi coche y volveré en 10minutos". Qué grandes los amarillos, como los llama mi padre. Cualquier escena de tu vida puede ser similar a la que ellos han vivido ya, el diálogo que mantienes ya lo ha tenido Homer con sus colegas en el Bar de Moe, o Bart en el cole... todos tenemos un Milhouse en nuestra vida y una Patty o una Selma, o un meapilas tipo Flanders o un amigo al que felicitar con el "happy birthday" que los Ramones le cantaron al Sr Burns.

Me paso la vida haciendo analogías de la serie de Matt Groening y, por mucho que las dos de la tarde sea, en ocasiones, la hora de la marmota, no me canso. Me encantaría tener un Jonn amarillo y peluso del que la gente se riera eternamente.

Pero bueno, con que me sigan haciendo reír unos cuantos años más me conformo. Al fin y a cabo, con todo este cúmulo de colesteroles y azúcares es dificil encontrar un rato para la risa.Y más con la saturación bipolar futbolera transformada en debate sociológico.

La crítica social nunca está de más. Y redibujar el cinismo, se tiña o no de amarillo, se repita más o menos, es un placer que merece una hora escasa de nuestra rutina diaria.

Lo malo no es tropezar, sino que te guste la piedra con la que tropiezas.

Bye2

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